martes, 5 de junio de 2012

Dios

1997

Para mí las clases de religión en el colegio eran una novedad y me gustaban.
Todo lo que no fuera matemáticas era un soplo de aire fresco en mi pequeña rutina, aunque también había algo que me hacía sospechar.

Antes de que empezaran las clases de religión, un grupo pequeño de niños metía sus libros en las mochilas y se iba con otro profesor a otro lugar.
La profesora de religión parecía saber mucho y tener las cosas bien claras.
Nos hablaba sobre la creación de la Tierra y los animales. Dios lo hizo todo y se tomó su tiempo para descansar el séptimo día. Era un tipo aplicado.

Yo no tenía dudas. Todas mis preguntas tenían respuesta y podría vivir tranquilo el resto de mi vida y dedicarme a las matemáticas o a cualquier otra cosa.


Un día (probablemente en el patio del colegio) tuve mi primera discusión trascendental con mi amigo Evaristo. Él era uno de esos niños que cogía sus cosas y se iba para no escuchar las "verdades universales" de la profesora Angustias.

- ¿Tú crees en Dios?
- No.
- ¿Entonces quién creó la Tierra y los animales?
- La Tierra se creó por una masa espacial o algo así.
- ¿Qué?
- Me lo han dicho mis padres.

¿La Tierra se había hecho a partir de una masa espacial? ¿Pero qué cojones hacían los niños mientras yo estaba con la señorita Angustias?

Al día siguiente, levanté la mano en la clase.

- Dime, Antonio.
- La Tierra la creó Dios, ¿no?
- Claro.
- Pues un amigo me ha dicho que se creó a partir de una masa espacial o algo así.

La profesora se puso un poco nerviosa y yo lo noté perfectamente.

- ¿Cómo se llama tu amiguito?
- Evaristo Montaño

Pensé que la profesora respondería a mi pregunta después de decirle yo el nombre de mi amigo. Era un intercambio justo, pero no me dijo nada más. Había sacrificado al pequeño Evaristo para nada.
La clase siguió como si no hubiera pasado nada y yo la odié. Era una zorra mentirosa y yo (un niño de 7 años) lo sabía.

Al salir del aula, vi que la profesora había acorralado a Evaristo en el pasillo.
Le estaba diciendo que no volviera a decir esas cosas a ninguno de sus alumnos y lo estaba haciendo de malas maneras.


Un tiempo después, la conversación volvió a repetirse. Pero esta vez me preguntaban a mí.

- ¿Crees en Dios?
- No.





"En el mundo de la ciencia se escucha muchas veces a un científico decir 'Eso es un buen razonamiento. Mi teoría estaba equivocada'. Sin embargo, no recuerdo la última vez que un político o un religioso dijese lo mismo." Carl Sagan